La interacción íntima
de la atracción vectorial.
Las propiedades bien conocidas de los vectores son las polaridades positiva
y negativa, y la orientación en dirección y sentido. La
formación de un
circuito vectorial cerrado produce efectos cuyas causas se desconocen.
Un circuito vectorial cerrado circular reduce su módulo a un vector
cero y
simultáneamente gira axialmente, formando otro circuito vectorial
cerrado
ortogonal. La reducción del módulo hacia un vector nulo
y la rotación axial
son efectos cuyas causas, aparte del cierre del circuito, se desconocen.
Al adentrarnos en la intimidad del fenómeno de la atracción
vectorial, la
explicación con la espada insertada en la vaina o el movimiento
de giro
son solo imágenes intuitivas del momento; de hecho, las rotaciones
tienen
sentidos opuestos. La causa más probable de los efectos de atracción
y
rotación es la colaboración mutua de los circuitos, desde
el momento del
cierre del circuito ortogonal. El circuito vectorial cerrado ortogonalmente
polariza en el espacio vectorial un múltiplo de circuitos con las
polaridades
del espacio vectorial, no solo un cable. En esta interpretación,
la contracción
y la rotación ya no son propiedades de un vector, sino efectos
del volumen
del espacio vectorial, contenido y mutuamente delimitado por las fuerzas
de
sus circuitos ortogonales. La rotación y la compresión del
volumen espacial
contenido en circuitos ortogonalmente cerrados se convierten en fenómenos
inteligibles, evidentes en los ciclones atmosféricos. En circuitos
vectoriales
ortogonalmente cerrados, las fuerzas de atracción son interacciones
colectivas que transforman el espacio, desde la longitud de los circuitos
hasta fuerzas centrípetas, presión, densidad de orientación
y energía potencial.